Klimt

Gustav Klimt es uno de mis pintores favoritos. Y no me extrañó saber hace un tiempo atras que su cuadro de Adele Block-Bauer habia sido vendido en 135 millones de dolares, trasnformándose durante un tiempo en la pintura mas cara de la historia.

Klimt fue uno de los fundadores del movimiento artístico denominado "La Secesión" y revolucionó el ambiente en Viena durante la segunda mitad del siglo 19. Al observar sus pinturas uno puede imaginarse porqué causó tanto revuelo entre sus contemporáneos... el uso de nuevas técnicas, el colorido impresionante y ese aire lujurioso y algo decadente en algunas de sus obras que debe haber escandalizado a la sociedad de la época.

Cuando estuve en Viena e iba desde desde mi B&B hasta La Opera o a la Ringstraße siempre pasaba frente al edificio-monumento construido posteriormente como homenaje al movimiento de la Secesión. Este edificio me llamó mucho la atención porque es como un mausoleo con una cúpula dorada que impresiona, muy diferente al estilo arquitectónico de Viena.

Visita obligada fue el museo del Belvedere, frente a la estacion de trenes Südbahnhof. El Belvedere en realidad consiste en un pequeño predio con 2 palacios, el Alto Belvedere y el Bajo Belvedere, separados entre si por un jardin diseñado en tres desniveles. El que mas me interesaba era el Alto Belvedere porque ahi se encuentran, entre otros, pinturas de Van Gogh, Renoir y por supuesto Klimt.

Yo sabía que el extraordinario cuadro El Beso residía en el Alto Belvedere, y quise dejar esa pintura para el final. El Beso muestra a un hombre envolviendo a una mujer, y a ella, rendida al gesto de amor de su pareja.

El cuadro es grande, mucho mas grande de lo que yo me imaginaba, además era el único cuadro del museo con una cubierta de vidrio antibalas, y habiendo tantos otros cuadros valiosísimos éste era sin duda el más importante de la colección.

Además, al mirarlo de cerca me di cuenta que el cuadro ciertamente tenía un valor intrínsico, puesto que Klimt mezcló la pintura con polvo de oro. Así, El Beso tiene un brillo y efecto luminoso especial, y fue una de las singulares innovaciones de Klimt.

El Beso es una obra de arte espléndida.