Huskies

Aunque no fuimos al subártico en época de osos tengo que reconocer que igual andábamos nerviosos cuando caminábamos por el pueblo de Churchill. Habiamos escuchado tantas historias de osos entrando al pueblo, paseandose por las calles y tratando de entrar a las casas que cuando andábamos en las calles nos sobresaltábamos ante cualquier ruido. Además el blanco radiante de la nieve en todas partes dificultaba mas vislumbrar cualquier peligro.

Ibamos caminando frente al almacen Arctic Trading Company cuando sentimos un ruido de origen animal que casi nos mató de susto.

Después notamos (con alivio) que eran dos cachorros Husky que tenian su "casita" justo fuera del almacén, y que cuando nos escucharon pasar salieron a vernos. Eran dos, uno negro y otro pelirrojo. Los cachorros nos miraban y gemían, nos acercamos a ellos para hacerles cariño pero se corrían hacia atrás con timidez, talvez porque eran muy chicos o talvez porque allá la gente no les daba mucha bola y no estaban acostumbrados.

Nos agachamos y nos quedamos cerca de ellos para que se sintieran en confianza, finalmente el pelirrojo me aceptó (¿será porque me vio pelirroja igual que él y me consideró su semejante?) y dejó que yo le hiciera cariño, incluso después lo tomé en brazos y él se quedó muy quieto y ronroneaba igual que un gato.

Hasta ese momento todo bien, los cachorros eran muy tiernos y nos encantó tenerlos en brazos un rato... el problema fue cuando nos fuimos.... dejamos a los cachorros en el suelo para seguir caminando por Churchill y los cachorros empezaron a mordisquearnos los zapatos, desesperados para que los volviéramos a tomar en brazos. Comenzamos a alejarnos y los cachorros empezaron a aullar... era tan triste el aullido de los cachorros que nos rompía el corazón.... nos habíamos alejado mas de cuadra y seguíamos escuchando los aullidos.

Después, mucho mas tarde, volvimos a pasar por fuera del Arctic Trading Company y aunque no llamamos a los cachorros éstos nos escucharon y salieron de sus casas y cuando nos vieron volvieron a aullar desesperadamente y nosotros corrimos para alejarnos rápidamente sino los pobres cachorros iban a aullar toda la noche. Son tan llorones estos cachorros que entonces entendimos porque la gente no les daba bola.

Esta raza de perros es muy usada en las competencias de carreras de trineo, el dog sledding, que es una práctica popular en el Subártico, el Artico y Alaska. De hecho cuando íbamos llegando a Churchill en el tren vimos un trineo con perros que estaban entrenando para las competencias.

En Churchill se podía contratar un paseo de dog sledding pero yo no quise hacerlo, me dio pena. A pesar que los perros no sufren nada, están bien cuidados y bien alimentados y además están entrenados para esto, porque en esta región los trineos tirados por perros son -casi siempre- el único medio de transporte local disponible en la inmensidad de la nieve, pero igual me dio pena asi que me abstuve.

En las afueras de Churchil encontramos una zona donde se veian muchos perros sobre una explanada, nos acercamos y notamos que los perros estaban asegurados con cadenas a una especie de rotonda de acero en el suelo. Era un criadero de perros de competencia. Había algunos perros que no estaban asegurados con cadenas, éstos eran los líderes del grupo y su tarea era vigilar que los otros perros se portaran bien y además como estaban libres tenían mas autonomía para alertar a su amo en caso de algún problema en el lugar. La raza Husky se destaca porque son animales muy inteligentes.
Este perro blanco era un líder, atrás un grupo de perros asegurados al suelo con cadenas.
Este ejemplar parecia verdaderamente un lobo.

Bonus track: un perro Husky llamado Balto que vivió en Alaska en la década de 1920 se convirtió en un heroe después de haber liderado un trineo donde se transportaba la medicina que salvó la vida de muchos niños afectados por una epidemia de difteria. Es la leyenda de Balto la que inspiró la película animada del mismo nombre.