La primera es sobre Petra, una cisne que vivía en el lago Aasee (Alemania) que se enamoró de un barco en forma de cisne, nadaba todo el día a su alrededor, dormía junto al barco e incluso se negó a emigrar hacia el sur en el invierno con los de su especie. Como la historia empezó a ser conocida, las autoridades decidieron llevarlos a ambos al zoológico de Münster, pero era tan fuerte su amor que incluso en el zoo Petra ignoró a los demás cisnes y siguió nadando y durmiendo junto a su amado barco. No tenía ojos para nadie más.
La segunda es sobre Binti Jua, una gorila del zoológico de Chicago que hace algunos años protegió a un niño de 3 años que cayó al foso de los gorilas y quedó en estado de shock. Ella se acercó a él y lo tomó en brazos con actitud maternal, y luego lo entregó a los guardias del zoo.